Yo soy de cuando había trenes enamorados
que se detenían en todas las estaciones
a requebrar a las muchachas de los bancos.
que se detenían en todas las estaciones
a requebrar a las muchachas de los bancos.
Yo soy de cuando el mundo era sólido
y había una hora para comer
y otra de noche con ruidos extraños
de somieres y de gatos.
Yo que aprendí anatomía
como el trueque de dos maestros:
tu me enseñas, yo te enseño.
O de dos sicarios:
aquí te pillo, aquí te mato.
Yo soy de los que fueron oyentes de radio
exhibicionista de granos
vidente de lencería voluntario
y llevaba el carné y el peine
cuando iba al cine o al baile
con pantalones campana
y oliendo a perfume de barrio.
Yo soy de aquella generación
a la que diezmó en vena el caballo.
y soñó con que aquella mancha
de Europa, por la humedad del techo,
no era una moneda, sino el cielo
.
Aquella generación que silbaba el futuro
mientras les clavaban los pies al suelo.
Aquella generación que silbaba el futuro
mientras les clavaban los pies al suelo.
Mariano Crespo