La ruina de los dos tuvo de singular
el derrumbe radical de los plurales.
el derrumbe radical de los plurales.
Pudiste
superar que yo no fuera de los tuyos
y yo terminé por admitir que ser de los míos
no te sugiriera el modo más sensato de suicidarte.
y yo terminé por admitir que ser de los míos
no te sugiriera el modo más sensato de suicidarte.
Con
todo, lo doloroso sin matices,
fue reconocer que ni tú ni yo
éramos partidarios de lo nuestro.
fue reconocer que ni tú ni yo
éramos partidarios de lo nuestro.
© Mariano Crespo
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