La diferencia entre un hombre
malo o bueno
es un matiz.
Entre una mujer
candorosa o perversa
unas obras completas.
Es el abismo
entre un poliedro y una línea.
Por eso escribo,
de ellas
y soy tan mal poeta.
Por eso te despojo de la ropa
con perversión e inocencia
e indago
y me pierdo
en el ámbito mágico
en que sacas la chistera
del conejo
y me encuentras.
© Mariano Crespo
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