A Paloma.
Tal vez veinte años no
sean nada
pero en veinte minutos tienes vidas
suficientes para el éxtasis y el asco
para la euforia y la derrota.
En veinte minutos cierras unos ojos
abres unas piernas
fundas un naufragio,
destruyes primaveras.
pero en veinte minutos tienes vidas
suficientes para el éxtasis y el asco
para la euforia y la derrota.
En veinte minutos cierras unos ojos
abres unas piernas
fundas un naufragio,
destruyes primaveras.
En veinte minutos
aprendes las palabras
que no tienen idioma
porque nadie las habla
aunque todos las sueñan,
aprendes las palabras
que no tienen idioma
porque nadie las habla
aunque todos las sueñan,
En veinte minutos te
arrepientes
de lo que confiesas.
de lo que confiesas.
De lo que no confiesas
en los veinte minutos siguientes.
en los veinte minutos siguientes.
En veinte minutos pierdes
vuelos
que, con tu ausencia,
no se estrellan.
En veinte minutos
eres consciente de que eterno
es mucho más que para siempre
aunque parezca igual de duradero.
que, con tu ausencia,
no se estrellan.
En veinte minutos
eres consciente de que eterno
es mucho más que para siempre
aunque parezca igual de duradero.
En veinte minutos
florecen los cerezos
en donde tu cereza te piensa
y hace suya en su semilla tu cabeza.
florecen los cerezos
en donde tu cereza te piensa
y hace suya en su semilla tu cabeza.
En veinte minutos tienes
una cita
a la que llegas demasiado pronto
aunque nunca apareces.
a la que llegas demasiado pronto
aunque nunca apareces.
Tal vez veinte años solo
sean
el tiempo de reposo
para veinte minutos de encuentro con el sol
la noche, el espanto y la belleza.
el tiempo de reposo
para veinte minutos de encuentro con el sol
la noche, el espanto y la belleza.
© Mariano Crespo
Las palabras brotan como el agua de una fuente pura y limpia solo de aquellos que saben mirar dentro del alma sin recurrir a manuales.
ResponderEliminarNo es tarea difícil mirar dentro cuando sabes que la belleza allí se alberga.
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