A las mujeres, a todas, no concibo la vida sin ellas
Esa absurda necesidad de ser mayor.
Ser un niño cuando una mujer esperaba un hombre.
Aprender muy tarde que conocer a fondo a las personas y descubrir los más íntimos secretos de uno se llama decepción.
No haber suplicado a aquella mujer que me apresase, porque la libertad es, en ocasiones, la asesina de la felicidad.
Las conversaciones tan hermosas que he tenido con mi padre habiendo esperado a que ya estuviese frío, muerto.
Ser tan cretino por juzgar a mi madre por haber sido mejor mujer de acción y rompe y rasga que madre.
No haber dicho a mis correligionarios que estaba dejando de creer en ellos y eso me hacía sentir más auténtico.
Haber dejado al tiempo y los dioses matar
a quien yo tenía que haber disparado una rosa en la sien.
Huir por la espiritualidad cuando ella demandaba un macho.
No lograr hacer sentir a mis hijos que moriría y mataría por su sabiduría, salud y felicidad.
No haber escupido en la boca a alguien porque no era un hombre y presumir de creer en la igualdad.
Obtener tal lucidez bebiendo que me haya costado tanto alejar de mi vida el alcohol.
Callar cuando es la primavera de las palabras y predicar cuando es el otoño de los silencios.
No creer en dios, en dioses, cuando me siento tan frágil.
Desconocer la papiroflexía, la física cuántica y el punto "g".
No haber sido nunca el hombre que imaginaron los que me quisieron y las que me desearon.
Alcanzar la vejez a la vez que pierdo la fe en mi inmortalidad.
FE DE ACIERTOS
Pasito a pasito voy aprendiendo a amar
hasta que llegue al mar y se acabe el paseo.
hasta que llegue al mar y se acabe el paseo.
Mariano Crespo
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