Páginas
domingo, 30 de septiembre de 2012
Extásis
Cuando el embrujo de tus ojos
dilata la pupila, desmesura el párpado.
Cuando la suave hoja de tus manos.
Cuando un empujón más y el precipicio
de la fosa es muerte y resurrección en el acto.
Cuando retorno al punto de no retorno
y cuando,
cuando, cuando,
cuando oo oo oooooo.
© Mariano Crespo Martínez
sábado, 29 de septiembre de 2012
Anatomía útil
A mis vecinos les incomoda
e incluso les resulta extraña
mi costumbre de llevar una oreja en la espalda.
Nadie llegará a conocerse por lo que le dicen a la cara.
© Mariano Crespo Martínez
jueves, 27 de septiembre de 2012
peldAÑOS
Soy pesimista,
pero me alegra ver obstáculos.
Estoy loco pero no por eso.
Es que me dijo el abuelo
en que a veces me transformo
que cuando llegue al final de la escalera
echaré de menos los peldaños.
pero me alegra ver obstáculos.
Estoy loco pero no por eso.
Es que me dijo el abuelo
en que a veces me transformo
que cuando llegue al final de la escalera
echaré de menos los peldaños.
© Mariano Crespo Martínez
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Titular del recibo
Vas escribiendo
lo que quieres recordar de tu vida
con la mejor letra entre dos renglones.
La letra casi gótica con la que pusiste mi mama me ama.
De pronto aparecen los borrones
y tu madre no te regaña
porque se la llevaron
al sitio del primer recibo que viste.
lo que quieres recordar de tu vida
con la mejor letra entre dos renglones.
La letra casi gótica con la que pusiste mi mama me ama.
De pronto aparecen los borrones
y tu madre no te regaña
porque se la llevaron
al sitio del primer recibo que viste.
Y quedan los borrones.
Y el tintero.
Y el plumín.
Y la onza de chocolate.
Y el hule.
Y el infernillo.
Y la radio.
Y el almanaque.
Y el recibo de los muertos.
El del alquiler del piso
en donde me inscribieron de beneficiario.
Ahora soy el titular.
Dicen que con paciencia y esfuerzo todo llega.
Todo pasa y todo queda, don Antonio.
Y el tintero.
Y el plumín.
Y la onza de chocolate.
Y el hule.
Y el infernillo.
Y la radio.
Y el almanaque.
Y el recibo de los muertos.
El del alquiler del piso
en donde me inscribieron de beneficiario.
Ahora soy el titular.
Dicen que con paciencia y esfuerzo todo llega.
Todo pasa y todo queda, don Antonio.
No me gustan estos tiempos...
© Mariano Crespo Martínez
lunes, 24 de septiembre de 2012
Liquidación
Poco hemos hablado de Persia.
Casi nada de la ruta de la seda.
Platón, Aristófanes, Grecia...
No nos dan tregua.
Amor mío,
quiero un viaje en transatlántico
mientras naufragan los puertos.
contra el iceberg del mercado.
El mundo que hemos conocido
va a cerrar por traspaso.
Ahora andan liquidando
la cultura a precio de saldo.
Casi nada de la ruta de la seda.
Platón, Aristófanes, Grecia...
No nos dan tregua.
Amor mío,
quiero un viaje en transatlántico
mientras naufragan los puertos.
contra el iceberg del mercado.
El mundo que hemos conocido
va a cerrar por traspaso.
Ahora andan liquidando
la cultura a precio de saldo.
© Mariano Crespo Martínez
La búsqueda
Salió a buscar una flor
que la imaginación brotó en su cabeza
como prueba de amor hacia ella.
Recorrió en su búsqueda
inútilmente
todo el planeta.
Ella solo deseaba su compañía
y el tibio calor de su cuerpo
para las largas noches frías.
Un día el regresó compungido.
No encontré tu flor, amor mío.
Ella, entre lágrimas dignas,
se despojó de la túnica.
Al ver bajo su cintura
la flor marchita
que el portaba en la cabeza,
comprendió con amargura
que solo el hombre es capaz
de consagrar la vida
en conquistar para las mujeres
tesoros que ellas
o no desean
o ya poseen.
Desde entonces escribe poemas
como todos los que penan equivocaciones.
que la imaginación brotó en su cabeza
como prueba de amor hacia ella.
Recorrió en su búsqueda
inútilmente
todo el planeta.
Ella solo deseaba su compañía
y el tibio calor de su cuerpo
para las largas noches frías.
Un día el regresó compungido.
No encontré tu flor, amor mío.
Ella, entre lágrimas dignas,
se despojó de la túnica.
Al ver bajo su cintura
la flor marchita
que el portaba en la cabeza,
comprendió con amargura
que solo el hombre es capaz
de consagrar la vida
en conquistar para las mujeres
tesoros que ellas
o no desean
o ya poseen.
Desde entonces escribe poemas
como todos los que penan equivocaciones.
© Mariano Crespo Martínez
viernes, 21 de septiembre de 2012
Impostor a la deriva
Hace algunos años,
en la edad de piedra de lo virtual,
conocí un tipo curioso
que viajaba por la red
con otro nombre
otro rostro,
otra ocupación,
y otra biografía.
Dicha maquinación
le permitió ser protagonista
de enredos y aventuras.
Algunos días me pregunto
si no seré uno de esos polizones
que confundió su vida
con su propia impostura.
Hombres de secano
en la gris realidad,
con un doble que,
en secreto,
audaz,
navegaba.
La felicidad es un rumbo a la deriva
© Mariano Crespo Martínez
Vísperas
Poco antes de poner la mesa para la cena.
A la hora de vísperas
llegan los heraldos
de las noticias
negras.
De chico te vas a la cama sin cenar.
© Mariano Crespo Martínez
A la hora de vísperas
llegan los heraldos
de las noticias
negras.
De chico te vas a la cama sin cenar.
De grande se te queda la cena fria
y el silencio
recoge
la vajilla.
y el silencio
recoge
la vajilla.
© Mariano Crespo Martínez
jueves, 20 de septiembre de 2012
The End
No estábamos preparados
para conversar
en un ascensor
que se precipitaba al vacío.
Parece que no va a llover, creo que dije.
© Mariano Crespo Martínez
martes, 18 de septiembre de 2012
Miedo
Estoy asustado.
Tras esa cortina que se mueve
jamás ha habido nada
ni asoman unos zapatos.
Hoy, sin evidencias,
estoy seguro de que hay algo.
Sobre todo
cuando vosotros,
curiosamente vosotros,
intentáis tranquilizarme:
¡que no cunda el pánico!
© Mariano Crespo Martínez
lunes, 17 de septiembre de 2012
Fiesta por agonías
Cómo explicar el deseo.
Es una rebeldia del instinto
contra la caligrafía
de la pureza.
Sí, pero más húmedo.
Es un beso rural a la urbanidad
y sobre el urbanismo un grito volcánico.
Amor, no sé si has visto
esas raices y matojos
que levantan y comban las aceras
de los parques
o supuran sudor vegetal
por sus poros
como si el interior de la tierra
le oliera la fruta a las nubes en celo.
Algo así es el deseo.
Cuando el espíritu enterrado
se desborda
y emerge bello
destrozando previsiones
pronósticos
tablas periódicas
y cáuces con linaje
de carceleros.
El deseo
es tan vitalmente hermoso
que los muertos lo cubren por feo.
El deseo es esa luz
redonda en los ojos
que presagia a un tren
penetrando la noche
con estruendo metálico
y jadeos
como últimas voluntades
en el parto
de una fiesta por agonías.
El deseo es una excitación llamada tranvía.
El deseo es una pócima contra el tedio.
El deseo es una satisfacción muerta que el tiempo resucita.
El deseo es la llama seca con amenaza de incendio.
© Mariano Crespo Martínez
Es una rebeldia del instinto
contra la caligrafía
de la pureza.
Sí, pero más húmedo.
Es un beso rural a la urbanidad
y sobre el urbanismo un grito volcánico.
Amor, no sé si has visto
esas raices y matojos
que levantan y comban las aceras
de los parques
o supuran sudor vegetal
por sus poros
como si el interior de la tierra
le oliera la fruta a las nubes en celo.
Algo así es el deseo.
Cuando el espíritu enterrado
se desborda
y emerge bello
destrozando previsiones
pronósticos
tablas periódicas
y cáuces con linaje
de carceleros.
El deseo
es tan vitalmente hermoso
que los muertos lo cubren por feo.
El deseo es esa luz
redonda en los ojos
que presagia a un tren
penetrando la noche
con estruendo metálico
y jadeos
como últimas voluntades
en el parto
de una fiesta por agonías.
El deseo es una excitación llamada tranvía.
El deseo es una pócima contra el tedio.
El deseo es una satisfacción muerta que el tiempo resucita.
El deseo es la llama seca con amenaza de incendio.
© Mariano Crespo Martínez
Indiscreción
Lo siento.
No es posible amarte en secreto.
Cuando me besas,
los sismógrafos lo detectan.
© Mariano Crespo Martínez
viernes, 14 de septiembre de 2012
Orden y afectos
El corazón es desordenado
y desconoce la lógica y los semáforos.
Aconsejo colocar los rencores por orden alfabético.
© Mariano Crespo Martínez
jueves, 13 de septiembre de 2012
Urticaria
Ya me ha salido callo en los labios
en la inutilidad de pedir peras al olmo,
así que no demandaré Justicia
a estos representantes del patrón mercado.
Solo exijo que no me venda sus condenas como sacrificios.
Yo no creo ni en sus dioses,
ni en sus fórmulas para el éxito,
© Mariano Crespo Martínez
en la inutilidad de pedir peras al olmo,
así que no demandaré Justicia
a estos representantes del patrón mercado.
Solo exijo que no me venda sus condenas como sacrificios.
Yo no creo ni en sus dioses,
ni en sus fórmulas para el éxito,
ni en el amor mercenario,
ni en el chalé adosado,
ni en el perdón de los pecados.
Yo no he gastado lo que ellos deben.
Así que si me exigen pagarlo
yo les exijo que se callen.
Porque me salen granos
cuando me quitan la cartera
y me hacen sentir culpable.
ni en el chalé adosado,
ni en el perdón de los pecados.
Yo no he gastado lo que ellos deben.
Así que si me exigen pagarlo
yo les exijo que se callen.
Porque me salen granos
cuando me quitan la cartera
y me hacen sentir culpable.
© Mariano Crespo Martínez
martes, 11 de septiembre de 2012
Generación
Yo que fui de la generación
que pasó de la Revolución a la gastronomía
y de Carlos Marx al diseño
no soy el más adecuado para dar consejos
pero si me permitís expresarme
os diré que claudicar no figura
en el diccionario
de los sueños.
© Mariano Crespo Martínez
lunes, 10 de septiembre de 2012
Idiomas
Cada generación habla una lengua.
En la mía cuando preguntábamos:
¿estudias o trabajas?,
lo que queríamos decir era
me muero de ganas de irme a la cama contigo.
Estoy viejo.
Ahora me preocupa si la gente estudia,
tiene trabajo o está en el paro.
© Mariano Crespo Martínez
De ida
La vida es el espacio
desde que dejan hasta que vuelven
a cuidarte.
Desde que solo eres futuro
hasta que todo es pasado.
Mientras este vivo,
mientras aun sea presente,
quiero estar de ida.
Para estar de vuelta tengo una eternidad sin cumpleaños.
desde que dejan hasta que vuelven
a cuidarte.
Desde que solo eres futuro
hasta que todo es pasado.
Mientras este vivo,
mientras aun sea presente,
quiero estar de ida.
Para estar de vuelta tengo una eternidad sin cumpleaños.
© Mariano Crespo Martínez
sábado, 8 de septiembre de 2012
Independiente
No te hagas falsas ideas.
No soy un soso ni un triste.
Tengo imaginación.
Contigo no se acaba el mundo.
No te rías que es cierto.
Podría hacer infinidad de cosas sin ti.
Sin ir más lejos...
echarte de menos.
© Mariano Crespo Martínez
Besos amargos
Hay besos fallidos
como versos que brotan de labios secos.
Los jarrones guardan la memoria de las flores muertas
y la boca el sabor amargo
de besos que no tíré a la papelera,
que hoy no los firmaría,
y están en el recuerdo de bocas
que los desprecian.
© Mariano Crespo Martínez
jueves, 6 de septiembre de 2012
Retaguardia
De estado civil, cansado
De perdidos, al rio
De nada.
Gracias.
Nos queda la luna,
Marte.
Algún subsidio
La escopeta del abuelo.
El tirachinas de niño.
Todavía no tenemos ese libro que llevar escondido.
Ni el carné de fugitivo.
© Mariano Crespo Martínez
De perdidos, al rio
De nada.
Gracias.
Nos queda la luna,
Marte.
Algún subsidio
La escopeta del abuelo.
El tirachinas de niño.
Todavía no tenemos ese libro que llevar escondido.
Ni el carné de fugitivo.
© Mariano Crespo Martínez
El osado vuelo de los pajaros
A los pájaros se les abate
para cercenar la libertad,
la armonía de su vuelo,
su placer alado.
Nadie dispara a un pájaro enjaulado.
© Mariano Crespo Martínez
para cercenar la libertad,
la armonía de su vuelo,
su placer alado.
Nadie dispara a un pájaro enjaulado.
© Mariano Crespo Martínez
Envidia mortal
No hay nada más vulgar
que criticar aquello a que se aspira.
Ay! esa maldita afición de disparar a los pájaros.
© Mariano Crespo Martínez
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Deseo gamberro
Quisiera ser esa risa tonta
que se te escapa
y no puedes reprimir
en mitad de este velatorio de gente sería.
El impertinente motivo de tu sonrojo, tu perdón y tu vergüenza.
que se te escapa
y no puedes reprimir
en mitad de este velatorio de gente sería.
El impertinente motivo de tu sonrojo, tu perdón y tu vergüenza.
© Mariano Crespo Martínez
Méritos de amor
No siempre
no siempre
no siempre
podemos decir te quiero
como se merece el pronombre
como lo exige el verbo.
No siempre estamos a la altura de lo eterno.
© Mariano Crespo Martínez
no siempre
no siempre
podemos decir te quiero
como se merece el pronombre
como lo exige el verbo.
No siempre estamos a la altura de lo eterno.
© Mariano Crespo Martínez
Caballero
Caballero andante de mis soñadas veredas.
Señor que bajo la lluvia logras ver las estrellas.
Marinero de lunas cuyo barco no deja estelas.
Príncipe cuyo corcel transita al trote mis venas.
Amigo mio, no detengas la música que baila el planeta
y sostén en mi mirada el cristal del zapato de Cenicienta.
Señor que bajo la lluvia logras ver las estrellas.
Marinero de lunas cuyo barco no deja estelas.
Príncipe cuyo corcel transita al trote mis venas.
Amigo mio, no detengas la música que baila el planeta
y sostén en mi mirada el cristal del zapato de Cenicienta.
© Mariano Crespo Martínez
Señoritos
Todos los homófobos
tienen una tarjeta de presentación:
yo tengo un amigo gay.
Con mi experiencia de hijo de portero
sé que todos los señoritos
son buenas personas
dan al servicio un puro por Nochebuena.
tienen una tarjeta de presentación:
yo tengo un amigo gay.
Con mi experiencia de hijo de portero
sé que todos los señoritos
son buenas personas
dan al servicio un puro por Nochebuena.
© Mariano Crespo Martínez
Vacuo éxito
Si usted sale a la calle con el propósito de asesinar un sueño
tiene más probabilidades de éxito
que aquel que busca una vacuna contra el desaliento.
El éxito, las más de las veces,
es vacuo como una idea sin contornos ni verbo.
© Mariano Crespo Martínez
Niebla
Continuamos avanzando entre la niebla.
Hemos puesto a un ciego de guía.
Es el único que no tiene miedo a extraviarse.
Algo dentro de mí me empuja a detenerme,
una voz que insiste en que esta es la hora de los prudentes.
© Mariano Crespo Martínez
lunes, 3 de septiembre de 2012
Salud
Estar enfermo es dividir la humanidad
en dos grupos equivocados.
Los que tienen salud
y yo que estoy malo.
Los que tienen salud son felices.
Yo la he perdido ergo soy un desgraciado.
Para estar enfermo y, si es posible, curarse
o vivir de espaldas al enemigo interno
hay que desterrar esa errónea frontera.
Los que tienen salud son tan dichosos o tristes
como tú pero sin fiebre ni dolorosas limitaciones.
Los que tienen salud, lloran, están desamparados,
los hay pobres y solitarios.
Hay gente con salud que es fea, sin talento
y que no distinguen un crisantemo de una orquídea
una sonata de Chopin de Paquito el Chocolatero.
Hay gente con salud que se deleita
con la cruel muerte de un galgo
y no llora con el nacimiento de polluelos.
Hoy digo estas palabras para enviar un beso
a las personas sin salud.
Para decirles que soy uno de ellos
porque los que morimos en alguna ocasión,
por siempre estamos enfermos.
en dos grupos equivocados.
Los que tienen salud
y yo que estoy malo.
Los que tienen salud son felices.
Yo la he perdido ergo soy un desgraciado.
Para estar enfermo y, si es posible, curarse
o vivir de espaldas al enemigo interno
hay que desterrar esa errónea frontera.
Los que tienen salud son tan dichosos o tristes
como tú pero sin fiebre ni dolorosas limitaciones.
Los que tienen salud, lloran, están desamparados,
los hay pobres y solitarios.
Hay gente con salud que es fea, sin talento
y que no distinguen un crisantemo de una orquídea
una sonata de Chopin de Paquito el Chocolatero.
Hay gente con salud que se deleita
con la cruel muerte de un galgo
y no llora con el nacimiento de polluelos.
Hoy digo estas palabras para enviar un beso
a las personas sin salud.
Para decirles que soy uno de ellos
porque los que morimos en alguna ocasión,
por siempre estamos enfermos.
© Mariano Crespo Martínez
domingo, 2 de septiembre de 2012
Cisnes y patitos feos
Por qué no podría ser
ese honesto señor
que me ocupa el magín
con su pereza.
Un caballero con batín
que lee El Quijote,
en edición de piel,
derramado una chaise longue
y bajo un retrato de caza
tradicional inglesa.
y bajo un retrato de caza
tradicional inglesa.
Por qué no colocaré la renta
en valores seguros
y antes de los manjares
bendeciré la mesa.
Por qué no luciré
un escudo heráldico
y un servicio
de porcelana chino
para compartir el te
con una meretriz de lujo
ama dominante y alemana
que me golpee con una fusta
y me zurre con clase la badana.
Será porque uno es uno mismo
y unos valores que no son un adorno
son una seña de identidad
un camino propio.
Es una cuestión de clase
pero no de su clase de pose,
es mas complejo y sencillo:
es mi clase de vida
y la de los míos.
De tal manera que cuando imagino
a un padre de esa guisa,
de esa estirpe nobiliaria,
tengo la certeza
de que me ha desheredado
y en la mansión
tengo prohibida la entrada.
Y me invade una alegría,
estúpida si quieren,
por estar de este lado del río
en que tanto se padece
y la miseria no es una palabra
que mendiga en misa,
es una muerte que mata y no muere.
Pero la vida fluye
no es un estanque pútrido.
Y la alegría nos visita
a la misma hora
que a su casa el tedio.
No tenemos cisnes de adorno en las casa del patito feo.
© Mariano Crespo Martínez
Usurpadores de palabras
Los asesinos sin prestigio en el oficio
utilizan un arma ajena para un crimen propio.
Los dioses perdonan cualquier carencia de talento
pero no olvidan la insolencia en el agravio
de aquellos que para insultar usen citas de otros.
Un usurpador de palabras
al sur del rio del Parnaso
tiene la reputación de un tahúr
o un ladrón de caballos.
© Mariano Crespo Martínez
Suscribirse a:
Entradas (Atom)