No tiene mérito amar a una mujer
prisionero de su mirada.
Seamos serios
y hablaremos de amor
si nunca la borrarías de tu alma
pese a recordar el color y la forma
de la escobilla del retrete de su casa.
Qué hubiera una mala copia
de girasoles de Van Gogh
presidiendo la alcoba,
lirios secos en la ventana
y Janis Joplin
gimiera como una posesa
cuando ella se rasgaba
como un sueño de fresa y nata,
ni quita ni añade nada.
© Mariano Crespo
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