Los barcos llegan, sí,
pero es gracias a que se van
que no estamos cautivos
de nuestras promesas.
Somos esos incumplimientos
náufragos de una botella
que creen que nacen
cuando se renuevan.
El práctico de este puerto
está ebrio todo el año
y solo bebe en primavera.
Los barcos llegan, sí,
pero cuando nadie espera.
© Mariano Crespo
pero es gracias a que se van
que no estamos cautivos
de nuestras promesas.
Somos esos incumplimientos
náufragos de una botella
que creen que nacen
cuando se renuevan.
El práctico de este puerto
está ebrio todo el año
y solo bebe en primavera.
Los barcos llegan, sí,
pero cuando nadie espera.
© Mariano Crespo
No hay comentarios:
Publicar un comentario