Es un suicidio dejar pedir un deseo
a una mujer con el revólver
cargado de besos.
Es una cobardía
bajarse de los aviones hacía el fracaso
en pleno vuelo.
Es innoble
recitar los prospectos de analgésicos
en los silencios densos
de las vísperas de la frase ya no te quiero.
Es una canallada
conjugar el futuro de los verbos
en los entierros.
Es una fortuna escribir
imaginando que alguien te acabará leyendo
inventándose tu rostro
ajado por la lluvia de otoño y el talento.
En ocasiones veo impostores
dichosos que mienten solo cuando miento.
© Mariano Crespo
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