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domingo, 19 de octubre de 2014
Nocturno
Tengo una pena de armónica y bocadillo de mortadela.
Una tristeza de peine con mellas y copla desafinada.
Un dolor con caspa y lata de sardinas.
Un malestar con olor a repollo y crecepelo.
Una angustia de alcanfor y fotos rotas.
Una desazón de cenicero e imperdible.
En definitiva, las entrañas sucias
como los retretes de caballeros.
Creo que me voy a fumar una pipa
rezar un cesarvallejo y un neruda
escuchar el llanto del saxo de mi negro,
a vuestra salud y porque me salve el sueño.
© Mariano Crespo
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Quizás si, como Neruda, vencieras al ángel del sueño tendrías en la boca la sal del dormido, un marino sin faro perfumadso de frutos agudos. Y el saxo de tu negro dejaría de llorar.
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