Las casas no tienen luces
de emergencia
con lo que estoy vulnerable y rígido
cuando se instalan en rincones los fantasmas
a esconderme el tabaco y desafinar los saxos.
A recordar a Charlie Parker su hija muerta
y a desenvolver los amargos recuerdos
que guardo encerrados en los licores
del rencor añejo que ya no pruebo
o en el polvo blanco de Charlie
que le oculta que es pobre y es negro.
con lo que estoy vulnerable y rígido
cuando se instalan en rincones los fantasmas
a esconderme el tabaco y desafinar los saxos.
A recordar a Charlie Parker su hija muerta
y a desenvolver los amargos recuerdos
que guardo encerrados en los licores
del rencor añejo que ya no pruebo
o en el polvo blanco de Charlie
que le oculta que es pobre y es negro.
La casa no tiene alarmas
que detecten las sombras del infierno,
los duendes con gabardina crema
que la abren no para enseñar el sexo
sino las oscuras cicatrices de los besos.
Las casas no tienen luces
de emergencia
y llegan visitas enlutadas
a las que pongo café, corcheas y lamentos.
y llegan visitas enlutadas
a las que pongo café, corcheas y lamentos.
© Mariano Crespo
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