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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Miedos


He aprendido a hacer muchas de las cosas 
que me daban miedo de muchacho.
Indagar bajo bragas y sostenes
ver al muerto en los velatorios
caminar solo de noche 
recibir la visita de un ángel 
y mantener la dignidad
ante el ladrido hostil de los perros.
Lo que no he llegado a realizar
es que lo que me hacía feliz de muchacho.
Decapitar a los malvados
secuestrar al profesor de gramática
casarme con una tonta 
tener un puesto de peonzas, canicas 
y pastillas de leche de burra
y jugar a las chapas todo el día 
eludiendo la tortura del pescado
del potaje y de la ducha.
Por supuesto, agradezco la fortuna
de no haberme topado con las hadas,
ni los estúpidos duendes de las lámparas 
ni los viajes low cost a islas deshabitadas
porque los deseos que he ocultado de adulto 
no me los cuento ni a mí mismo 
de lo que me espantan y avergüenzan

© Mariano Crespo


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