Cuando yo nací,
Ángel González ya deliraba los poemas de amor
que yo ahora por dentro escarbo.
Neruda se hacía llamar Pablo
y ya vivía,
sin todavía confesarlo.
y Vallejo se había muerto
para que se cumplieran sus versos proféticos
de aguacero parisino sobre un peruano.
Ángel González ya deliraba los poemas de amor
que yo ahora por dentro escarbo.
Neruda se hacía llamar Pablo
y ya vivía,
sin todavía confesarlo.
y Vallejo se había muerto
para que se cumplieran sus versos proféticos
de aguacero parisino sobre un peruano.
Pero ninguno conoció tus
ojos, amor,
y por eso escribo.
Esa es mi voz, mi programa de trabajo.
Mi misión consiste en contar cómo es el mundo,
cómo se transforma, después de tú mirarlo.
y por eso escribo.
Esa es mi voz, mi programa de trabajo.
Mi misión consiste en contar cómo es el mundo,
cómo se transforma, después de tú mirarlo.
© Mariano Crespo
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