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miércoles, 7 de marzo de 2012
Al lector
"Lector, ya conoces a tan delicado monstruo,
-lector hipócrita-¡tú, mi prójimo, mi hermano! "
CHARLES BAUDELAIRE
Escribir es la osadia de un tipo en la soledad de un recinto
hiriendo con símbolos un árbol muerto.
La frágil búsqueda de convertir en códigos
un planeta interior en movimiento.
Ideas, lógica, orden, sueños y método
trabajan en competencia
o en una extraña complicidad de traidores
que en días mágicos desvela secretos
y en días aciagos, desasosiego,
frustración y despecho.
En ese sórdido momento
te alivias con recursos
de torero cobarde
y apelas al oficio
y al fraude.
El espiritu está tenso
como la mano derecha,
y el pulso se acelera
cuando el adjetivo adecuado
nace en la cabeza.
Si a alguien se le conmueve el corazón
al descifrarte
eres un dios menor,
un profeta escuchado,
un gigante.
La lectura es el prodigio de un diálogo
transformador del lenguaje.
El lector, como el toro, inventa el arte
al entrar al trapo de la cita,
casi, casi, como tu soñaste.
© Mariano Crespo Martínez
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