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viernes, 28 de febrero de 2014

La diferencia



Es difícil explicar 
el poso que en un poema 
me calienta las manos
o me hiela la punta de la nariz. 

Tal vez, 
en el roce de unos labios,
la seda del carmín. 

Quizás, 
en el trago de agua, 
el aroma del botijo a anís. 

O mejor,
ese leve matiz 
entre empaparse y calarse
que, en el amor,
escoge por ti. 

© Mariano Crespo

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