Hay un pequeño
artilugio
que entorpece una gran parte
de las historias que me conmueven
y gracias a las que escribo
y hablo con las flores si es preciso.
Se llama móvil o celular
y casi todo lo hermoso
sucedió en una vida remota
en la que yo ni tú ni nadie
estaba localizable
y bajo su dominio.
Soy lo que soy por estar perdido
en algún jardín
o laberinto.
Vivir es la posibilidad de perderse
y que el deseo y el azar
de la mano
me lleven a ti
por el olfato
o por el oído
En los tiempos remotos
en que leíamos a Julio
no precisábamos el número de la Maga
ni el mapa de París,
solo saber leer
y viajar
con los ojos cerrados.
Sin nadie que llamase e interrumpiese el engaño.
© Mariano Crespo
que entorpece una gran parte
de las historias que me conmueven
y gracias a las que escribo
y hablo con las flores si es preciso.
Se llama móvil o celular
y casi todo lo hermoso
sucedió en una vida remota
en la que yo ni tú ni nadie
estaba localizable
y bajo su dominio.
Soy lo que soy por estar perdido
en algún jardín
o laberinto.
Vivir es la posibilidad de perderse
y que el deseo y el azar
de la mano
me lleven a ti
por el olfato
o por el oído
En los tiempos remotos
en que leíamos a Julio
no precisábamos el número de la Maga
ni el mapa de París,
solo saber leer
y viajar
con los ojos cerrados.
Sin nadie que llamase e interrumpiese el engaño.
© Mariano Crespo
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