© fotografía Marlene Dietrich de MILTON H. GREENE.
De mí abomino que un blasfemo como yo
-que cree porque odia todo un poco-
no debió penetrar en el infierno de tu templo.
-que cree porque odia todo un poco-
no debió penetrar en el infierno de tu templo.
No me sirve de defensa el suicida que llevo dentro.
No te reprocho nada,
no puedo, no debo,
porque la vida te mandó
a que conociese la resaca y el mono,
sin catar tu vino ni tu veneno.
no puedo, no debo,
porque la vida te mandó
a que conociese la resaca y el mono,
sin catar tu vino ni tu veneno.
Con la vida si voy a tener unas palabras,
o peor, un silencio con eco,
un te comprendo pero con gotas de desprecio.
Y leeré en su mirada que el que repite paga,
por desmemoriado, por memo.
o peor, un silencio con eco,
un te comprendo pero con gotas de desprecio.
Y leeré en su mirada que el que repite paga,
por desmemoriado, por memo.
Mariano Crespo
No hay comentarios:
Publicar un comentario