No osaré pedir una mano.
No cercenaré tu dedo
con un anillo de compromiso
mercantil y débitos.
Prefiero ser un okupa
del rincón discreto de tu corazón,
del apacible chiscón de tu cerebro
en donde germinan pensamientos
con olor a mar y a romero.
Ese inquilino de la dulzura
con derecho a besos.
No cercenaré tu dedo
con un anillo de compromiso
mercantil y débitos.
Prefiero ser un okupa
del rincón discreto de tu corazón,
del apacible chiscón de tu cerebro
en donde germinan pensamientos
con olor a mar y a romero.
Ese inquilino de la dulzura
con derecho a besos.
© Mariano Crespo Martínez
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