La amargura
es el sedimento de derrotas en batallas
- ciertas o falsas-
de una guerra no declarada.
La amargura
necesita, como la lucidez,
más de dos copas
para salir de su cueva.
La amargura
es fea como la pobreza
y los últimos clientes de las fiestas.
La amargura
hace del alfabeto de la blasfemia
su lengua contra el destino,
La amargura
no hace prisioneros
salvo el poseedor de ese veneno
y la miseria que siembra
agarra mejor en la mala tierra.
La amargura
es una enfermedad sin pócima
porque aunque el paciente
no tenga problemas
si observa a alguien más feliz
se expande como el rescoldo
y desde el cerebro al corazón
todo lo bello se quema.
Pese a ello
los que regresan de ese viaje
por la estepa helada
del abatimiento
tienen brillo de ángel en los ojos
y destilan el perfume
de los resucitados, ,
de las flores nacidas en el desierto.
es el sedimento de derrotas en batallas
- ciertas o falsas-
de una guerra no declarada.
La amargura
necesita, como la lucidez,
más de dos copas
para salir de su cueva.
La amargura
es fea como la pobreza
y los últimos clientes de las fiestas.
La amargura
hace del alfabeto de la blasfemia
su lengua contra el destino,
La amargura
no hace prisioneros
salvo el poseedor de ese veneno
y la miseria que siembra
agarra mejor en la mala tierra.
La amargura
es una enfermedad sin pócima
porque aunque el paciente
no tenga problemas
si observa a alguien más feliz
se expande como el rescoldo
y desde el cerebro al corazón
todo lo bello se quema.
Pese a ello
los que regresan de ese viaje
por la estepa helada
del abatimiento
tienen brillo de ángel en los ojos
y destilan el perfume
de los resucitados, ,
de las flores nacidas en el desierto.
© Mariano Crespo
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