Mi padre supo adaptar sus
ambiciones
a la realidad.
Una costumbre en declive.
a la realidad.
Una costumbre en declive.
Para vivir aventuras ya
estaba el cine.
Escribió a todas las estrellas del celuloide
y recibió fotos firmadas
y sobres con sellos del imperio
que guardaba en una caja
junto a la de los gusanos de seda
y la de las piezas del curso
de radiotécnico por correspondencia,
con las que hizo el aparato de radio
más dotado de transparencia.
No sintonizaba la libertad
pero olvidaron enviarle la tapa
y al milagro se le veían las tripas
y a los locutores el guión y la garganta..
Escribió a todas las estrellas del celuloide
y recibió fotos firmadas
y sobres con sellos del imperio
que guardaba en una caja
junto a la de los gusanos de seda
y la de las piezas del curso
de radiotécnico por correspondencia,
con las que hizo el aparato de radio
más dotado de transparencia.
No sintonizaba la libertad
pero olvidaron enviarle la tapa
y al milagro se le veían las tripas
y a los locutores el guión y la garganta..
Os dije que adaptó sus
ambiciones
a la realidad pero no olvidó
en su precaria tramoya
su pasión por el celuloide,
Invitó al cine a dos mujeres.
Luci dijo que no.
Sí, dijo mi madre.
Ninguna carta de amor
puedo atribuir mi padre
pero les juro que si veías
con mi madre una película
antes de que hubiera un crimen
ella ya denunciaba al culpable,
y sabía quien iba a ser besada
y el que iba a morir el primero
cuando se acercaba un desastre.
a la realidad pero no olvidó
en su precaria tramoya
su pasión por el celuloide,
Invitó al cine a dos mujeres.
Luci dijo que no.
Sí, dijo mi madre.
Ninguna carta de amor
puedo atribuir mi padre
pero les juro que si veías
con mi madre una película
antes de que hubiera un crimen
ella ya denunciaba al culpable,
y sabía quien iba a ser besada
y el que iba a morir el primero
cuando se acercaba un desastre.
El siguiente plano que
recuerdo
de mi padre, en esta película
tan extrañamente montada
es su mano tibia en invierno
llevándome al cinerama
-él tan poco conquistador-
a ver "La conquista del Oeste"
con una invitación de butaca
y mi pelo húmedo peinado a raya.
de mi padre, en esta película
tan extrañamente montada
es su mano tibia en invierno
llevándome al cinerama
-él tan poco conquistador-
a ver "La conquista del Oeste"
con una invitación de butaca
y mi pelo húmedo peinado a raya.
No se sí he sabido
explicarme
sobre los remotos orígenes
de mi culto por el cine
de mi devoción por la radio
y el amor cómplice por mi padre.
sobre los remotos orígenes
de mi culto por el cine
de mi devoción por la radio
y el amor cómplice por mi padre.
Les ruego encarecidamente,
como en los locutorios de radio
o en las salas de cine,
que antes de leer el poema
procedan a apagar los móviles.
como en los locutorios de radio
o en las salas de cine,
que antes de leer el poema
procedan a apagar los móviles.
© Mariano Crespo
Cuánta ternura hay aquí, Besos.
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