Tuve en el cine mi segundo
colegio
donde se olvida lo que se aprende
y se recuerdan los sueños
y el olor del perfume barato.
Tal vez por eso me duele
ahora que están cada vez más cercanos
los títulos de crédito
y la luz encendida de la sala
arrojándome a la vida y al invierno
no haber rasgado una blusa de seda
como el que inaugura dos pechos,
no tener un beso de carmín tatuado
en la comisura de los labios,
no saber tirar el sombrero a la percha
estando borracho como un mariscal de campo,
o no saber darme la vuelta
y dejar a una diosa desnuda llorando.
donde se olvida lo que se aprende
y se recuerdan los sueños
y el olor del perfume barato.
Tal vez por eso me duele
ahora que están cada vez más cercanos
los títulos de crédito
y la luz encendida de la sala
arrojándome a la vida y al invierno
no haber rasgado una blusa de seda
como el que inaugura dos pechos,
no tener un beso de carmín tatuado
en la comisura de los labios,
no saber tirar el sombrero a la percha
estando borracho como un mariscal de campo,
o no saber darme la vuelta
y dejar a una diosa desnuda llorando.
Mitiga esta carencia,
amor,
que el incendio en el que ardo
no tenía escrito guión
y luna a luna,
toma a toma,
y sin ridículos ensayos
lo fuiste improvisando.
que el incendio en el que ardo
no tenía escrito guión
y luna a luna,
toma a toma,
y sin ridículos ensayos
lo fuiste improvisando.
© Mariano Crespo
Como tú mitigas las carencias de estos tiempos convulsos
ResponderEliminar