- Odiaría odiarte.
- Me enseñaron que dos negaciones afirman.
- Empieza a desnudarte.
Los poetas como los ventrílocuos
hacen portavoces a sus muñecos de su libre lenguaje.
No ponen cara a la palabra.
Son cobardes.
La prudencia en el amor, la carencia de coraje,
es de las cobardías la menos noble.
Es fría, calculada y respetable.
© Mariano Crespo Martínez
A veces peco de prudencia. En el amor jamás. Puede que eso me salve de mi misma.
ResponderEliminarComo siempre, gracias.