La velocidad del desencanto es similar a la de la penumbra.
La velocidad del silencio se cuantifica
en un laboratorio a temperatura resignación.
Lo que no somos capaces de abarcar
es la velocidad de la velocidad,
la pausa en que detiene el vuelo un poema.
Tu derramada mirada es su unidad de medida
y es variable como todas las cosas fijas.
La velocidad del silencio se cuantifica
en un laboratorio a temperatura resignación.
Lo que no somos capaces de abarcar
es la velocidad de la velocidad,
la pausa en que detiene el vuelo un poema.
Tu derramada mirada es su unidad de medida
y es variable como todas las cosas fijas.
© Mariano Crespo Martínez
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