No hay amores menores
sino asignaturas
No hay amores menores
sino afluentes.
Hasta que una mujer te desemboca en su mar
y sabes que es estación término,
que te has salido de cauce
que concluyó la escuela
y que a ese amor le huele a sal el aliento
y el pájaro de tu deseo sobrevuela el delta.
Y hay una felicidad triste
como la plenitud vacía
que sientes al tocar un sueño.
© Mariano Crespo
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