"Hay momentos en la vida de la gente en
los que lo único que importa es la luz, seguir la luz, conquistarla,
robar un poco de luz para vivir en ella. El resto del tiempo puedes
hacerte preguntas, creer en la belleza, en el amor, en el éxito, en la
paz, en una misión mundana o en la satisfacción de ti mismo, y puedes
esperar tu salvación o renegar de ella, trabajar o dormir, da lo mismo,
pero cuando todo se cierra, cuando las ventanas se entornan para que
veas el polvo amontonado encima de los muebles, lo único que importa es
la luz, que esconde la realidad al iluminarla, y es gratuita, e
inaccesible a la vez".
Almudena Grandes
Y será ese día.
Ese que carece de santo en su memoria.
Ese que internacionalmente conmemora nada.
Ese que no es laborable ni festivo.
Ese que se oculta en las bolas de cristal de las brujas.
Ese que en los posos de café no comparece.
Ese que serpentea y no es serpiente.
Esa que no tiene poeta pero sí profecía.
Ese que muerde con la lengua porque no tiene dientes.
Malditos aquellos para los que sea bendito ese día.
El último que la luz apague
o la encienda
si la encuentra.
Te llamaré Viernes.
© Mariano Crespo Martínez
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