El enojo
no se hospeda en tu mirada.
Huésped del manzano
que en mi otoño vienes a casa.
Fruta con fruta
húmeda, doble blanca,
blanca doble.
Sencilla, clara,
con porte noble,
espejo del alma.
No eres una palabra matizada,
eres roja, nunca colorada.
Roja de rojo,
bocado de roja manzana,
corazón que abriga,
roja lana.
El enojo no se hospeda en tu mirada.
Madura y sabrosa.
Nunca vana.
¡Ojo! pasa una mujer apasionada.
Corazón de manzana.
Corazón de manzana.
© Mariano Crespo Martínez
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