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jueves, 6 de diciembre de 2012

Mujeres y escaleras


Mis mujeres.
Nunca fui un sibarita.
Mi madre fue una mujer de campo
que se arrodilló ante dios y la higiene
de unas escaleras que no llevaban al cielo.

Mis mujeres.
Nunca fueron sibaritas.

La que me besa ahora sabe que huelo a hijo de porteros,
a ciudadano perplejo.

A ese sujeto con miedos cotidianos
que llamamos hombre medio.

Las mujeres sibaritas besan el éxito
y de ahí no provengo.
Estoy empadronado en la cola del empadronamiento.
Buscadme por la "Z" en el abecedario de méritos.

Subo por escaleras que mi madre fregó
y que no llevan al cielo.


© Mariano Crespo Martínez





                     

1 comentario:

  1. Al cielo alojado en nuestra propia cosmovisión se llega por insospechadas escaleras.

    Gracias, como siempre.

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