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domingo, 19 de enero de 2014

Amistad




Hay dioses de carne y emociones
 a las que recuerdo a mi vera
los días de espanto
y decepciones.
Los domingos de gloria
que anochecen viernes santo.


Cuando se cena sopa fría y desaliento
y se blasfeman los dolorosos del rosario.

El velatorio sin anís y sin tabaco,
el desahogo en ausencia de deseo,
el rito del dolor de los corderos
sin incienso
y sin misterio.
A solas con el miedo.

Mi sombra son esas personas
cuando la luna me reta a los ojos
porque ha mojado sobre llovido
y da pudor poner el llanto
al hombro extraño de un mendigo.

Y acude la risa a la asamblea
porque, cual magos,
sus conjuros
convierten en comedia mi calvario.


© Mariano Crespo




                              
                                    

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