Si tu reloj tiene segundero
habrás captado
que fue iluso
haber llamado
presente
a cualquier tiempo
pasado.
De continuo estamos en segundas nupcias
del amor que nos está besando.
La segunda floración del árbol con nuestro corazón tatuado.
Nuestro lugar de nacimiento
es un instante embelesado.
Y llamamos vida eterna
al presente de un reloj que está parado.
Los besos hacen cicatrices tan hondas, amor,
que tienen el futuro en fuego grabado,
como los hombres libres
son de la libertad esclavos.
© Mariano Crespo
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