Como en el ferrocarril
el destino solo existe
si te subes al tren.
Nada está escrito en los pañuelos del adiós.
Sí en los verdes ojos del ven.
El destino es un cambio de agujas en las vías del reloj.
Puede ser automático
o puedes dirigirlo
tú.
© Mariano Crespo
el destino solo existe
si te subes al tren.
Nada está escrito en los pañuelos del adiós.
Sí en los verdes ojos del ven.
El destino es un cambio de agujas en las vías del reloj.
Puede ser automático
o puedes dirigirlo
tú.
© Mariano Crespo
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