Lo más difícil es nacer
para un poema.
Y para ti
y para mí.
Basta con que te cierren los ojos
para que dejes de oír.
El principio envidia
-ama, odia-
al cabo, al fin.
Todo viene a suceder
como que
sin conclusión concluyera el verbo concluir.
Hay un orden absurdo en el azar y el existir.
© Mariano Crespo
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