Cuándo
deja uno de escribir.
No
quiero desafiar al destino
diciendo un día que me voy
cuando para todos ya me había ido.
diciendo un día que me voy
cuando para todos ya me había ido.
Pero
cómo renunciar
a este gusto de acompañar
al viejo al teatro
hasta el poema al niño.
a este gusto de acompañar
al viejo al teatro
hasta el poema al niño.
Este
placer de buscar
en el escote, entre los muslos,
de las musas,
aquello que igual no está,
porque no soy yo el elegido.
en el escote, entre los muslos,
de las musas,
aquello que igual no está,
porque no soy yo el elegido.
© Mariano Crespo
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