Casi
todos los fracasos coinciden
solo en la bandera, las tasas
solo en la bandera, las tasas
y en el sabor a vinagre
del vino del desprecio.
Pero
los grandes fracasos
son sublimes.
Y lo son por la lógica
demente del cálculo
de improbabilidades de los sueños.
Por haber proyectado
cosas tangibles
como nadar en el cielo
como volar bajo el agua
como residir en tu sexo.
son sublimes.
Y lo son por la lógica
demente del cálculo
de improbabilidades de los sueños.
Por haber proyectado
cosas tangibles
como nadar en el cielo
como volar bajo el agua
como residir en tu sexo.
Esos
fracasos
tienen la nacionalidad de la infancia
y un montón de caramelos
brotando de los cuentos.
tienen la nacionalidad de la infancia
y un montón de caramelos
brotando de los cuentos.
Y
yo os digo que el niño,
el hombre,
crece según la altura de sus tropiezos.
el hombre,
crece según la altura de sus tropiezos.
Los
demás,
-esas vidas ejemplares, por ejemplo-
no cumplen profecías,
ni encarnan leyendas, ni protagonizan cuentos.
-esas vidas ejemplares, por ejemplo-
no cumplen profecías,
ni encarnan leyendas, ni protagonizan cuentos.
Son
manuales, catecismos y prospectos.
Esa biblia sin belleza
que construye demoliendo.
Esa biblia sin belleza
que construye demoliendo.
© Mariano Crespo
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