Dos iguales para hoy
tal y como gritaban la fortuna los ciegos.
Soy lo que soy
porque nunca pretendí llegar a viejo.
Hay un momento
en el que hombres y mujeres
mienten por igual
sin distinción de género.
Cuando el amor les desbarata el rincón de sosiego.
Se mienten y mienten a terceros.
Dos iguales para hoy, que de postre nos queda miedo.
© Mariano Crespo
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