Tengo la afición de Justo Tomás Dídimo
a meter mano en los agujeros
para evidenciar que estoy soñando
luego no me engaño lo más mínimo.
Poseo residencia en el abismo
a pensión completa
para entender la lengua de los muertos
como un forense o un poeta.
Un vivo es un muerto en lista de espera.
La vida es un paréntesis,
en la zona de tránsito de un aeropuerto,
entre dos vuelos de los que no hay certeza.
Si logras ver el lado cómico a las tragedias
cabe la posibilidad de que no se extinga
en tu mirada la diminuta estrella de la belleza.
© Mariano Crespo
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