a Elvira Sánchez LLopis
Siempre admiro a los que van de sobrados.
Aquellos que mantienen el humor
en los naufragios
Esos dandys que piden la cuenta
en los comedores de Cáritas.
Los que seducen a las mujeres
sin el camino trillado de compartir la lástima.
Los que saben que lo único que no tiene remedio
es tener por bandera el pañuelo blanco de las víctimas.
© Mariano Crespo
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