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lunes, 22 de julio de 2013

Parentesco



No suelo hablar de la llamada de la sangre
excepto cuando hablo con vampiros.


Cual hijo pródigo
o ismaelita 
con la familia tengo una relación 
definible como de vaivén crónico. 

En casa cuelga una deshojada margarita
en el lugar destinado al árbol genealógico.


© Mariano Crespo




                       

                         

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