El limite soportable
para el insulto y la lisonja
es descapotable
y cuando llueve se moja.
El más duro es el más frágil .
Nada encaja sin deformarse como la esponja.
Los que somos de barrio gastamos más aguante
frente a un mamporro que ante un pellizquito de monja.
© Mariano Crespo
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