En esta película de suspense
no podemos morirnos,
sería muy previsible
y de escasa intriga y misterio
Exijo del talento del guionista
ese recurso al desconcierto
que distingue el oficio del arte
para que el asesino sea el muerto.
Sería un crimen extraño pero bello.
Como cuando un contable aturdido
no cuenta cifras sino cuentos.
Como esas flores que brotan
cuando lo lógico sería que llegasen los hielos.
© Mariano Crespo
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