No grabes tu
declaración de amor
en árboles de hoja caduca.
No pienses en día laborable
excepto en casa de lluvia.
No brindes por el dolor del mar
con copas de vinagre.
No tomes la palabra el primero
en los silencios de hambre.
No persigas cometas
en cuarto menguante.
No deshojes margaritas
si careces de interrogantes.
No intimes con la miseria
sin vocación de miserable.
No calles ni pío
si no te lo suplica un ángel.
Y, sobre todo, hijo mío,
no prestes un beso a nadie.
Un beso si no es regalado se pudre.
No recojas basura del cielo
ni hagas religión de los males
y rézate a ti mismo
cuando precises ayuda
porque los dioses no son leales.
© Mariano Crespo
en árboles de hoja caduca.
No pienses en día laborable
excepto en casa de lluvia.
No brindes por el dolor del mar
con copas de vinagre.
No tomes la palabra el primero
en los silencios de hambre.
No persigas cometas
en cuarto menguante.
No deshojes margaritas
si careces de interrogantes.
No intimes con la miseria
sin vocación de miserable.
No calles ni pío
si no te lo suplica un ángel.
Y, sobre todo, hijo mío,
no prestes un beso a nadie.
Un beso si no es regalado se pudre.
No recojas basura del cielo
ni hagas religión de los males
y rézate a ti mismo
cuando precises ayuda
porque los dioses no son leales.
© Mariano Crespo
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