La traición visitó alguna vez mi casa.
No soy distinto a ti, compañero.
Si sonrío con la mirada
y llevo una margarita en el sombrero
es porque el hogar que no tengo
en un sitio fijo
está construido con los ladrillos
leales, cotidianos, sencillos,
de tantos, tan buenos amigos.
© Mariano Crespo Martínez
Sublime.
ResponderEliminarGracias.