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martes, 28 de mayo de 2013

La lengua en la que tengo morada




No falseo la moneda de la verdad

cuando digo en ocasiones


que beso en catalán,


describo a los nazis en hebreo,

 
blasfemo en latín

 y maldigo en arameo.



Requiebro en francés

de la vendimia,

canto en un inglés

necesitado de subtítulos

y miro en italiano

cuando poso el ojo en lo prohibido.



Conozco que Carlos V daba órdenes

en francés a la señoras,

en alemán a la milicia

y a dios, en castellano.

No sé llega emperador,

por gracia divina,

para pronunciar su nombre en vano.


El castellano es la lengua

en que mi madre me desveló el lenguaje.

Es mi patria y mi bandera.


El arte en la pluma de García Márquez,


Cortázar, Neruda, Lorca, Quevedo,


Galdós, los Machado y Miguel Hernández.


Yo quiero y no puedo

pero es mi cómplice de este viaje.


Lo utilizo para echar las redes del enredo

y sacar a navegar mi fantasía

pero no para imponer

un concepto, una costumbre, una idea.


Como el mismísimo amor,


es universal y sin aduanas esta lengua vuestra y mía.

Y si no que venga Cervantes y lo vea.




© Mariano Crespo Martínez





                  

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