El mundo se divide en géneros
pero no es mi división, es mi suma.
El mundo se mide en niveles de inteligencia,
pero tampoco es mi medida, es vanidad epicúrea.
El mundo tiene ricos y pobres,
pero va contra natura.
Mi mundo tiene malas y buenas personas.
Y el canon es la belleza,
pura, pura, pura.
En hermandad, os digo,
que llegará el día
en que la bondad sea la métrica de la hermosura.
© Mariano Crespo Martínez
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