Que tiempos tan extraños.
Las arañas quieren ser mujeres.
Los gatas quieren ser gatos.
Se masturban los ujieres.
Inseminan los aparatos. Los filósofos en el establo.
Y yo, como todos los años,
por hablar hablo.
Que tiempos tan extraños.
Ya no me callo.
Los silencios tienen motivos para callar gritando.
Un juez en el banquillo.
Los ladrones son gente honrada.
El olor a cochinillo.
El toro de la luna enamorada.
El camino de Santiago, un poco a pie, un poco andando.
Una unidad de desatino.
Los pájaros están que trinan.
Los trenes sin ningún destino.
voluntariamente descarrilan.
La falsa moneda,
germana y solida, depreda:
Desahucian al Partenón.
Vuelve la sopa boba.
Europa es un panteón.
Roma no tiene loba.
Paris n'est pas Paris.
Londres es bucanero.
Madrid es un chotís.
El planeta es un vertedero.
Y yo hablo por hablar.
Y me callo porque quiero.
MARIANO CRESPO
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