aunque tengamos coartada.
¿Mereció la pena la sensatez?
Jugar con los tahures de la baraja marcada,
que pujan con nuestro dinero
y hasta cuando pierden ganan
fue una apuesta firme a la derrota.
Es urgente, cuando no sanan
nuestras heridas con su remedio,
no dar cuartos al pregonero.
no mudarse al barrio del tedio.
no sentirse por la noche idiota,
no regalar el destino a su suerte,
no dejar pasar la pelota.
Y estar de acuerdo con el refranero
en que, menos la muerte,
todo tiene
remedio.
Ahora que todos
somos presuntos,
en medio de la emboscada,
es necesario agruparse
abrazados, todos juntos.
O a solas, suicidarse.
La partida es a todo
o a nada.
MARIANO CRESPO
No hay comentarios:
Publicar un comentario