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sábado, 25 de febrero de 2012
De cuerpo ausente
Cuando te marchas suenan violines.
Vuelvo a parecerme a mi fotografia.
Espero un viernes de pasión
en que vuelvas a ser tan tuya y mía.
Ahora escribo, describo tus confines.
Enciendo un cigarro, fumo melancolía.
Camino por la casa sin ton ni son,
me siento, río con alguna tontería.
tarareo una hermosa y vieja canción.
Contesto el teléfono con desgana,
el libro que me acompaña no me habla
y rezo una triste oración pagana.
Me siento, cuento hasta veinte,
tapándome los ojos con la mano
y busco en las sabanas tu reciente
olor, ya no estás, todo es en vano.
© Mariano Crespo Martínez
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