Páginas

viernes, 24 de febrero de 2012



Me hablas.
Y te ries con esa pequeña carcajada
para tanto mediocre
que vive el amor
como horas extraordinarias.
Y me susurras
con esa sonrisa de caleidoscopio
formado a base de los colores
de ls sufrimiento
que siempre portan los pescadores
de cristales.
Cada color de tus sonrisa,
que nadie es capaz de escalar,
es un pinchazo del pasado.
Y tus labios son un bálsamo
ahora que contemplamos ese cuadro
que tenemos delante
en el que cada día
dominan más los tonos rojo sangre.
La pintura se va corriendo
y tiñe aquel amanecer
que alguien llamo libertad
hasta el límite
de no saber si el sol es naciente o poniente.
Por eso necesito tu sonrisa,
tu boca,
para vacumarme contra la intemperie.
Háblame
de cualquier cosa.
No calles.
Que en el silencio
anochece
y vienen las sombras
con presagios
lúgubres.

© Mariano Crespo Martínez
                                     

No hay comentarios:

Publicar un comentario