Si a mis 16 años
hubiera tenido la posibilidad
de que apretando < y el número 3
surgiese un corazón en el cuaderno de una chica,
hubiera sido de ciencias y no de letras.
Quizá no habría memorizado a Neruda,
a Quevedo, a Cortázar a Lorca.
Tal vez hubiera renegado de bohemios y lunáticos.
Invadir, con versos por munición,un corazon ajeno
fue mi vocación formativa.
En el esfuerzo de seducir a otro
he encontrado la ruta para no ser infeliz
cuando con la soledad convivo.
Los caminos conducen a sus intereses que,
por extraño que parezca,
son a menudo más provechosos que nuestras intenciones.
© Mariano Crespo Martínez
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