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viernes, 6 de julio de 2012

Doce cuerdas




Durante los últimos cinco años
la vida fue tan generosa
que me dio diez veces más golpes
que en el conjunto de los 50 marchitos.

Algunos dirán que por eso tengo el pelo blanco
o la mandíbula de cristal convertida en añicos.

 Yo prefiero agradecer que durante 5 décadas
tan solo fuera un boxeador de gimnasio.

Que no estoy sonado
y que las piernas tienen fuerza para seguir bailando.

© Mariano Crespo Martínez


                  
                     

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