No me gusta tomar decisiones
cuando me domina el apasionado y traidor lenguaje de la rabia.
Pero justifico los impulsos surgidos bajo su influjo sanguíneo
porque las emociones son como el oxígeno,eso de lo que nos nutrimos como pájaros y panteras.
Lo que no perdono.
Lo que Truman Capote retrata y no disculpa.
Es la sangre fría que destruye mas que el abrasador rojo de la ira.
Lo que no perdonaré nunca es esa sangre fría de clase alta,
fría de estirpe y fría de estudios,
con que nos roban y, para más escarnio, nos insultan.
Si las lagartijas supieran
sonreír a las cámaras, se les parecerían.
© Mariano Crespo Martínez
uhhhhhh! anoche estuve viendo Truman Capote y sobre el final, me quedé dormida.
ResponderEliminarLa rabia y la bronca se viven de esa forma, incontrolables!